Entrenamiento del control inhibitorio, para la regulación de problemas de la conducta en niños escolarizados de contextos vulnerables.

Los trastornos del comportamiento perturbador, control de los impulsos y de la conducta, son una clasificación caracterizada por la realización de acciones que van en contra de procesos sociales, interaccionales y de la cognición social, y afectan significativamente al sujeto que la padece e impactan a la sociedad. En la clasificación se integran el trastorno explosivo intermitente, identificado por la realización de arrebatos y explosiones agresivas y violentas, el trastorno negativista desafiante, descrito por un patrón automatizado de respuestas fuertes y agresivas ante solicitudes prosociales y con actitud desafiante ante la autoridad, y los trastornos de conducta disocial, indicado en patrones de comportamientos complejos con intención de dañar la integridad de otras personas.

En todos estos comportamientos, el sujeto, no tiene plena conciencia y control de su acción y se indica la implicación de una funcionalidad neuropsicológica deficiente e impulsiva. Las neurociencias cognitivas han explicado el fenómeno como una consecuencia de la inmadurez en el control inhibitorio, producto de acciones genéticas, condiciones ambientales ineficientes y vulnerables, y la generación de circuitos y redes que implican una hipersensibilidad en el sistema límbico y una ineficiente acción de la corteza prefrontal, desafortunadamente, la inmadurez de áreas neurológicas centradas en la regulación de la intensidad de las sensaciones, emociones y conciencia terminan por desarrollar estos patrones comportamentales desadaptativos y que en la gran mayoría tienen inicio en la niñez, y ante las ineficientes acciones interventivas, tienden ha empeorar con un efecto tipo cascada, avanzando de acciones explosivas, hacia negativistas y desafiantes, para terminar en problemas disociales, y para algunos jóvenes la deficiencia concluye en cuadros graves como el trastorno de personalidad antisocial, con consecuencias jurídicas. Además, el análisis de prevalencias indica, un incremento del fenómeno en más de cuatro veces en la última década, con mayor frecuencia en población vulnerable y urbana.

Ante estos hechos, el proyecto tiene el objetivo de generar y desarrollar un programa para el mejoramiento del control inhibitorio para niños escolarizados en contextos de vulnerabilidad, pero sin intervención de variables externas como la vulnerabilidad y la crianza, y con especial referencia con modelos de tipo ecológico, además de dimensionar la posibilidad significativa de transferencia hacia la regulación e inhibición de los problemas de la conducta, en esta etapa del desarrollo.