Estaciones del silencio

El retorno es el horizonte de este libro, en el cual se eleva un clamor por el necesario reconocimiento de la voz poética como medio para no perpetuar el silencio de lo que no se dice, lo que no se escribe… frente al silencio entre líneas, frente a la multiplicidad de lo creado, frente a la guerra y el desastre, frente al dolor y la muerte. Los silencios son importantes, pero a veces pasa desapercibido lo que se dice en el silencio, y es que solo aquello que se calla se puede expresar con voz poética… allí, donde es necesaria la palabra como guía para emprender el viaje.
Al enfrentarnos al ejercicio poético comienza un juego comparable con la capacidad de evocar, ralentizar o detener la respiración, como efecto colateral de quien lee el poema. Para las personas más sensibles es fácil percibir, no solo los cambios de temperatura, sino también, las transformaciones del aire dentro de las estaciones, las cuales son acompañadas por diferentes convulsiones emocionales que revisten el potencial de la palabra y el ruido para transitar hacia el encuentro del poema. En este caso, la poesía se entrega a un movimiento de ida y vuelta, se convierte en un péndulo que recorre una trayectoria personal y subjetiva. Es esto precisamente lo que sucede dentro del libro de Eddison David Castrillón, un movimiento que flirtea con las posibilidades de encontrar un gesto simbólico en la cotidianidad del viaje y sus abismos. Una invitación a contemplar el ruido de la palabra y sus reverberaciones al descubrirse como una manifestación poética. Un aire que entrecorta, danza y afila los versos para encarnar significado.