‘La Gente de Bien’ como proceso de individuación neoliberal en Medellín, Colombia

El ascenso de movimientos de ultraderecha en el mundo se explica por la alianza entre actores religiosos, políticos, conservadores, defensores del neoliberalismo y sectores militares, quienes combaten a los movimientos progresistas, señalándolos como responsables de una supuesta decadencia moral y caos socioeconómico. Estas fuerzas promueven una "batalla cultural", inspirada en Gramsci, para imponer sus ideas mediante medios tradicionales, redes sociales y retórica política, apelando a las emociones colectivas en un contexto de crisis civilizatoria y neoliberalismo.

En este marco, surge la noción de “retrotopía”, una idealización del pasado que atrae a sectores vulnerables ante las crisis actuales y los cambios culturales que desafían el statu quo. Los discursos de la ultraderecha responsabilizan al Estado de bienestar de las condiciones de malestar y reivindican medidas económicas, sin embargo, contrario a esta lógica, ha sido la implementación del proyecto neoliberal en los países latinoamericanos ha desplazado a las sociedades de clase media hacia estructuras populares intermedias, donde los individuos enfrentan problemas sociales sin respaldo institucional, generando experiencias de “vida dura” (Martuccelli, 2021).

Desde esta lógica, la inestabilidad posicional, que padecen con cada vez mayor intensidad una gran cantidad de individuos de esta región, se puede traducir en una desafección política (Monsiváis, 2017), asociada con una creciente responsabilidad del individuo (Crespo y Serrano, 2012), y que surge, en gran medida, debido a que las personas no logran satisfacer sus necesidades de acuerdo con los ideales de una cultura que exalta el deseo de forma constante y que asocia la noción de una buena vida con el consumo y su ostentación social, instaurando una frustración que puede ser generalizada (Martuccelli y Santiago, 2017), en virtud de “una desadecuación estructural entre nuestras aspiraciones personales y nuestras oportunidades objetivas” (Martuccelli, 2009, p. 12). Esta sensación de frustración es exacerbada por los discursos de las ultraderechas a través de “una maquinaria de comunicación imponente, originalmente concebida con fines comerciales, que se ha convertido en el principal instrumento de quienes quieren multiplicar el caos” (Da Empoli, 2020, p. 22).

En medio de esta vorágine, surgen supuestas alternativas contrahegemónicas o antisistema desde la ultraderecha, sustentadas en un tipo de «capitalismo político», el cual, relegando los intereses de clase, estimula la búsqueda beneficios parciales de ciertos grupos de presión por medio del Estado (Riley y Brenner, 2022). Es así que estos grupos se articulan incluso en contra de otros como los inmigrantes, las feministas, miembros de la población LGBTIQ+ y las minorías étnicas, estableciendo una suerte de separación entre estos y lo que en algunos contextos se ha nombrado como “Gente de bien”. Con base en lo anterior, la presente ponencia realiza un análisis de las condiciones socioeconómicas que presenta la ciudad de Medellín, Colombia, derivadas de la aplicación de políticas neoliberales, a fin de establecer un marco de comprensión sobre el proceso de individuación que da origen a la subjetividad “Gente de bien” en esta región, entendiendo este como el tipo de individuo que es fabricado de forma estructural por una sociedad en un determinado período histórico.

Metodología

Para dar cuenta de este proceso de individuación, se realizó una revisión bibliográfica y documental de 11 investigaciones y estudios que abordan la aplicación de políticas neoliberales en Colombia y su impacto en la ciudad de Medellín. Estos textos fueron revisados temáticamente y organizados en las categorías: industrialización/desindustrialización, empleo/desempleo y estructura productiva. Esta revisión bibliográfica y documental tiene la intención de poner de manifiesto las condiciones socioeconómicas que los habitantes de Medellín han tenido que enfrentar de manera desigual, las cuales, en el contexto de ciertos desafíos sociales, modelan de forma estructural a los individuos dentro de una sociedad en un período histórico específico.

Se elige este contexto geográfico debido a que la capital del departamento de Antioquia, y segunda ciudad más importante de Colombia, se consolidó como el motor de la industrialización del país durante la primera mitad del siglo XX, pero esta situación cambia después de la Segunda Guerra Mundial con el desarrollo industrial de Bogotá (capital de Colombia). Posteriormente, a partir de los años 70, se inicia un marcado proceso de desindustrialización en el país, al que se suma la adopción de políticas económicas neoliberales en un contexto de apertura económica. Este conjunto de factores afectó a la industria nacional, especialmente en ciudades como Medellín, que habían basado su economía principalmente en este sector.

Resultados

Desde la década de 1970, Medellín ha enfrentado un proceso de desindustrialización, reflejo de la tendencia nacional hacia la apertura económica y la reducción del papel estatal. Según Brando y Kalmanovitz (2010), la falta de inversión pública y privada debilitó la economía, mientras que la ausencia de políticas industriales y la dependencia del proteccionismo agravaron la situación en la región (Betancur et al., 2001). Este declive industrial, sumado a la violencia del narcotráfico, generó desempleo, exclusión juvenil y transformaciones en los barrios obreros, con el crimen organizado como fuente de ingresos y movilidad social (Hylton, 2007).

En los años 90, tras la caída del cartel de Medellín, surgieron iniciativas para reorientar la economía hacia la innovación y los servicios. En 2004, Medellín adoptó un modelo de "ciudad del conocimiento", consolidando su terciarización económica mediante el Plan de Ordenamiento Territorial de 2006 (Vélez-Tamayo, 2014). Aunque esto redujo el desempleo, los trabajos generados son mayoritariamente precarios y mal remunerados, perpetuando desigualdades estructurales.

El modelo neoliberal colombiano, impulsado desde los 90, contrasta con los principios del Estado social de derecho consagrados en la Constitución de 1991. Reformas laborales y de seguridad social buscaron reducir costos empresariales, pero promovieron la precarización laboral y el asistencialismo como paliativos frente a los impactos sociales (Díaz, 2009; Isaza, 2003). Este contexto ha mantenido dinámicas de informalidad y "rebusque" como alternativas para gran parte de la población.

A pesar de avances recientes, los desafíos persisten. En 2023, los jóvenes enfrentaron un desempleo del 16,3%, y aunque Medellín tiene una de las tasas de informalidad más bajas del país, 2 de cada 5 trabajadores están en empleos informales. La pobreza extrema aumentó del 5,1% en 2019 al 7,7% en 2022, mientras que el índice de pobreza multidimensional retrocedió a niveles de 2018, impulsado por el incremento de la informalidad (Medellín cómo vamos, 2024).

En síntesis, Medellín ha transitado de un modelo industrial hacia una economía de servicios bajo el marco neoliberal, pero enfrenta profundas brechas en empleo, pobreza y bienestar social, que limitan el alcance de su transformación económica. En este sentido, la plural inestabilidad posicional, vivida por lo que Martuccelli (2021) denomina clases popular-intermediarias, produce una diversidad de estrategias de mantenimiento de clase, fuertemente vinculadas con acciones colectivas, redes, tácticas familiares, endeudamientos y otras conductas individualizadas; a partir de una experiencia posicional compartida de «vida dura», que añora el consumo y el estilo de vida de las clases altas, y que puede ser en ciertas circunstancias altamente sensible a los discursos que asocian las reivindicaciones sociales como peligrosas por ser foco de deterioro social y económico, sobre todo en una ciudad como Medellín en la cual los discursos basados en el esfuerzo y el mérito cuentan con un fuerte arraigo cultural.

Conclusiones

El análisis de los procesos que ha vivido Medellín a lo largo del último medio siglo plantea cómo las condiciones socioeconómicas son un marco para la configuración de cierto tipo de individuos, a partir de los cambios históricos de la ciudad y del país. Medellín, al igual que otras ciudades latinoamericanas, ha experimentado una reconfiguración de su economía y de sus clases sociales en el contexto de la economía neoliberal.

En este sentido, es posible señalar que la subjetividad "Gente de bien" en la ciudad de Medellín está vinculada a la configuración estructural de un individuo por una sociedad marcada por la desigualdad y la competencia. Estos actores sociales se autoreconocen como parte de un grupo que, aunque heterogéneo, se identifica por el mérito y la preservación de ciertos valores ligados con el esfuerzo, los cuales entran en conflicto con los reclamos de las minorías étnicas, los inmigrantes, las feministas, miembros de la población LGBTIQ+ y otros sectores progresistas; pudiendo ser estimulados por medio de discursos que asocian las reivindicaciones sociales como peligrosas por generar el deterioro social y económico.

Así, la subjetividad "Gente de bien" es una configuración colectiva que se nutre de las disparidades estructurales que las políticas neoliberales han instaurado. La exclusión de ciertos grupos y la creación de esta categoría simbólica en la ciudad de Medellín se dan en un contexto en el que, como se señaló previamente, la competencia por los recursos, la movilidad social y el acceso a los beneficios del desarrollo se distribuye de manera altamente desigual, consolidando un modelo de individuación que perpetúa las brechas sociales y económicas en beneficio de sectores privilegiados que ven con preocupación las reivindicaciones sociales por afectar sus intereses.